Buen transporte, automóvil y ferrocarril


Ferrocarriles y automóviles electrónicos
pueden convivir exitosamente
Hace apenas un cuarto de siglo, la gente se apasionaba por los medios de transporte modernos. Los pósteres de algún famoso transatlántico y los esquemas del último tipo de avión adornaban las paredes. Todavía hoy, el concorde, el turbotren o el coche de carreras “Tyrell” con seis ruedas suscitan la admiración.

Los jóvenes actualmente no imaginan otro medio de transportes que el automóvil o el avión, pero, es bueno que sepan como ha ido evolucionando el transporte. De allí que el ferrocarril no debe perder vigencia e ir a la par con los automóviles, principalmente con las nuevas tecnologías electrónicas.

Las mentalidades vienen cambiando, los jóvenes también miran de modo más crítico los aparatos modernos. No hemos dado cuenta de que los rendimientos técnicos realmente notables de nuestros aviones o de nuestros bólidos pueden tener efectos dramáticos en nuestro ambiente: ruido, polución, consumo de energía. Pero debemos saber también que todo medio de transporte influye directamente en la organización del espacio, sea cual fuera.

El telescopio. Gran avance de la ciencia.


Si Copérnico viera hoy día los modernos telescopios de seguro se desmaya de asombro, ahora con los telescopios podemos, como dicen los dibujos animados de los thunderscat, ver más allá de lo evidente.

Este aparato con el que se ve la luna es llamado telescopio. Este instrumento óptico que permite ver objetos muy lejanos con todos sus detalles, es una herramienta fundamental de la astronomía que sirve para el desarrollo y avances de la ciencia astronómica.

El primer telescopio

Galileo lo uso por primea vez para ver la Luna, el planeta Júpiter y las estrellas, con este gran paso los seres humanos, empezaron a conocer la verdadera naturaleza de los objetos astronómicos que nos rodean y nuestra ubicación en el Universo.

Un telescopio es primordialmente un instrumento óptico que recoge cierta cantidad de luz y la concentra en un punto. Esta cantidad de luz recogida por el telescopio depende básicamente de la apertura del diámetro del objetivo.

Para visualizar las imágenes se emplean los oculares, los cuales se disponen en el punto donde la luz es concentrada. Son los oculares los que dan los aumentos al telescopio: al intercambiar oculares se obtienen diferentes aumentos con un solo instrumento.

Inodoro. Evolución a lo largo del tiempo.


El inodoro no es un invento de este siglo y menos de este milenio, se sabe con certeza que los cretenses civilización que existía hace más de 4000 años, ya usaban en el palacio real de Cnosos una especie de inodoro, el mismo que constaba de una cisterna, tazal y canal de desagüe, pero la evolución de las redes fue paulatino.

Hace dos siglos las cloacas sirven a domicilio privados. Durante cuatro milenios los orinales eran volcados a la calle, previo aviso.


Historia del inodoro

Los inodoros como actualmente los conocemos, datan de 1597, año en que un inodoro conocido como Ajax y fue instalado en el palacio de Isabel I en Richmond. En 1775 John Cummins patentó un water de cisterna, que en 1778 dotado de una válvula esférica  fue patentado por Samuel Prosse.

Inicialmente no existía cuartos de baño donde hacer las necesidades fisiológicas, pero como todo tiene su principio, se sabe que fue en Escocia, y en otras cultura antiguas, hace más de 10,000 años en que el hombre consciente de la toxicidad de sus desechos; instalaba sus ciudades cerca de un río y es allí donde construían una especie de letrinas con el objetivo de alejar de sus hogares los desechos.

Otros construían unas toscas canaletas que iban desde sus viviendas hasta el agua corriente, de esta forma hacían sus necesidades en el interior sin tener que salir de sus moradas.