Asimismo, existe el famoso cinturón de fuego que viene ocasionando muchos movimientos sísmicos en el Pacífico y está formado por volcanes.
Los vulcanólogos se ocupan de estudiar y conocer a profundidad los mecanismos que llegan a formar un volcán así como los depósitos que genera. La suma de informaciones que los vulcanólogos que recogen a diario debe permitir evitar nuevas catástrofes semejantes a las del pasado como:
- El volcán de Santorín, en Grecia, experimentó una formidable erupción hacia el año 1500 antes de nuestra Era; explotó, hundió bajo las aguas la mayor parte de la isla y cubrió de cenizas extensas regiones. Se despertó de nuevo en el 45 antes de Cristo, luego en el 726 de nuestra Era y también en 1457.
Algunos historiadores piensan que la Atlántida, aquel continente misterioso de la Antigüedad griega, era isla Santorín. Según ellos, fue esta isla, y no todo un continente, lo que desapareció hace 3.500 años.
- En Italia, las ciudades de Herculano y Pompeya, al pie del Vesubio, fueron completamente destruidas en el año 79 de nuestra Era.
- La isla Indonesia de Krakatoa estalló en 1883, causando la muerte de miles de personas. En 1902, en la isla de Martinica, la ciudad de San de Pedro, de 40.000 habitantes, fue quemada en algunos minutos por una nube de gas y cenizas que bajó de la Montaña Pelada.
Volcán
Un volcán es una ruptura de la corteza terrestre a través de la cual suben masas rocosas en fusión (magma). Es pues, una chimenea por la que se escapan, de vez en cuando, los materiales que borbotan en el interior de nuestro globo. Estos materiales se encuentran a una profundidad variable (de 4 a 60km aproximadamente)bajo la costra terrestre sólida. Están a temperaturas muy altas: más de 1.000ºC.
A esta elevada temperatura, las rocas se funden como el queso sobre un fuego de leña. Pero, al igual que en una sopa espesa, se forman pompas en el magma. Éste puede contener una enorme cantidad de gas a alta presión. La superficie dura de la tierra, la corteza terrestre, desempeña el mismo papel que una tapadera firmemente colocada sobre una olla de agua hirviendo. Comprime los gases y las impide salir.
Pero basta con que se agriete para que la presión de estos gases expulse grandes cantidades de magma: es lo que se llama la lava. Al subir y al fluir, la lava se enfría y se transforma en roca.
A medida que la lava sale, construye una especie de gigantesca madriguera: el cono volcánico.
Al subir a través de la corteza terrestre, la lava y los gases expulsados arrastran toda clase de rocas. De una manera general, se pueden distinguir dos tipos de actividad volcánica. La una, llamada efusiva, se caracteriza por una emisión lenta de lavas y un desprendimiento de gas suave e inofensivo.
La otra se explosiva, se produce cuando la presión es particularmente fuerte en la chimenea del volcán y cuando la lava hace de tapón. Conglomerados de lava son entonces arrojados al aire. Se retuercen y caen en forma de bombas, que pueden llegar a pesar varias toneladas.
Los lapilli, otros materiales expulsados, son pequeños fragmentos volcánicos de algunos centímetros. Las escorias son fragmentos esponjosos de lavas enfriadas durante la erupción. La piedra pómez es un residuo de lavas enfriadas, esponjoso y muy ligero.
Las cenizas volcánicas provienen de la pulverización de las lavas. Pueden quedar suspendidas en la atmósfera durante muchas horas después de la explosión.
En ciertas zonas próximas a los volcanes en actividad que ocurren extraños fenómenos. Se pueden ver por ejemplo, surtidores de agua hirviendo que salen del suelo a intervalos regulares o irregulares son los géiseres estos impresionantes chorros se producen debido a la presencia de capas de agua subterráneas, alimentadas por infiltración y que son calentadas por el magma. Al entrar el agua en ebullición, proyecta esa columna.
Otro fenómeno de la actividad volcánica son las fumarolas, emanaciones gaseosas exhaladas a través de las grietas en las zonas próximas a los volcanes en actividad.
Los volcanes del mundo.
Para comprender la distribución de las zonas volcánicas en nuestro globo, es necesario saber que la corteza terrestre está constituida por seis grandes placas de dimensiones diversas, encajadas unas con otras y que flotan sobre el magma como una especie de balsas.
Las zonas de los volcanes y terremotos se sitúan alrededor de estas placas, llamadas tectónicas. Una de ellas da la vuelta al océano Pacífico: es el célebre “Cinturón de fuego”, con los volcanes de los Andes, de América Central, de Alaska. La península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, tiene enormes volcanes como el Beziminianny. Japón posee el célebre Fuji-Yama y otros muchos volcanes.
En Indonesia hay varios centenares de volcanes, muchos de los cuales están aún en actividad.
En medio del Atlántico, a lo largo de una grieta, la Dorsal Mesoatlántica, hay otra zona volcánica. Islandia forma parte de ella y posee numerosos volcanes. Sus habitantes se calientan gracias a los géiseres. Italia y Grecia tienen también volcanes en actividad, mientras que los de Francia, los de Auvernia en particular son considerados un tesoro natural único en Europa
África cuenta con volcanes en actividad; sin embargo, su pico más alto es un volcán apagado, cubierto de hielo: el Kilimanjaro.
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