La lactosa. Intolerancia a la lactosa.





Eres intolerante a la lactosa, es más serio de lo que se sabe comunmente, pero es una realidad un tanto dolorosa porque mucha gente vive en carne propia la intolerancia a la lactosa, el dolor que se siente en la boca del estómago es muy fuerte luego de haber consumido un vaso de leche no deslactosada.

La lactosa es un disacárido de color blanco y dulce. Su origen se debe a la unión de una molécula de glucosa y otra de lactosa, llamado azúcar de leche pues, está presente en la leche de las hembras de los mamíferos.

Tipos de lactosa

Los tipos de lactosa y sus características van desde la:

Intolerancia a la lactosa en forma permanente: Es definido por la genética de la persona. Es hereditario y permanente. Se presenta en la vida adulta.

Intolerancia secundaria o adquirida reversible o temporal. Es una eficiencia relativa (transitoria) de lactasa en el intestino debida a patologías o situaciones como: malnutrición o toma de medicamentos.


Deficiencia congénita de lactasa.- Es un desorden genético que impide la producción enzimática de la lactasa. Está presente en el nacimiento y el diagnóstico se hace en la infancia temprana.

Esta clase de intolerancia viene determinada genéticamente y se encuentra muy ligada a la raza o pueblo étnico del que se proceda.




Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es un mal de las micros vellosidades intestinales que se generan porque el organismo produce poca o nula enzima lactasa. Esto debido a una imposibilidad de metabolización de la lactosa. Se produce un cuadro clínico representativo como respuesta a esa incapacidad de responder adecuadamente a su presencia en el conducto digestivo.

La intolerancia a la lactosa habitualmente no es una condición de todo o nada: la reducción en la producción de lactasa, es decir la cantidad de lactosa que puede ser tolerada varía de persona a persona.

Dado que esta intolerancia no plantea una amenaza adicional para la salud de las personas, manejar la condición reside en minimizar la ocurrencia y acritud de los síntomas. En este sentido se reconocen cuatro principios generales:

1.- Evitar la lactosa en la dieta.

2.- Sustituir para mantener el consumo de nutrientes.

3.- Regular el consumo de calcio.

4.- Usar un sustituto de la enzima.

La sintomatología de este mal surge después de la ingesta de productos lácteos o alimentos que los contengan en su composición. Estribando del nivel de deficiencia de lactasa y la cantidad de alimento consumido, la dimensión y número de síntomas varían de una persona a otra e inclusive en situaciones disímiles.

Algunos síntomas son:

  • Cólicos abdominales.
  • Distensión abdominal.
  • Mala absorción.
  • Flatulencias (gases).
  • Pérdida de peso.
  • Desnutrición.
  • Crecimiento lento en niños.
  • Diarrea.
  • Heces flotantes y con olor fétido.
  • Estreñimiento y defecación con ardor.
  • Erupciones cutáneas.

Diagnóstico de la intolerancia a la lactosa



El diagnóstico de la intolerancia la lactosa, tiene varias formas:

1.- Está basada en la medición de la respuesta leucémica debido a una sobrecarga de lactosa 50 gramos cada 30 minutos hasta las 2 horas siguientes a dicha ingesta, normalmente divididas en cuatro tomas.

Por lo general, la glucemia aumenta en 30 mg/dl el nivel basal de glucosa en la sangre a las 2 horas, por lo que una ausencia de este incremento glucémico insinúa una deficiencia de la enzima lactasa.

Es una forma de confirmación muy inespecífica debido a que puede invalidar el resultado del test diabetes mellitus, síndrome de mala absorción, síndromes funcionales de vaciamiento gástrico por esta razón debe ser interpretado con prudencia.

2.- Se espera variabilidad sustancial en la respuesta clínica tales como náuseas, dolores estomacales, distensión, diarrea y flatulencia, en la medida en que la extensión y la severidad de la intolerancia a la lactosa es distinta entre las personas.

Cuando es indispensable la confirmación, para diferenciar la intolerancia a la lactosa de la alergia a la leche, lo que es una respuesta inmune anormal a las proteínas de leche. Puesto que la intolerancia a la lactosa es el estado normal para la mayoría de los adultos a escala mundial, y no es considerada una enfermedad, el diagnóstico médico generalmente no es requerido de hidrógeno espirado.

En las personas que padecen una deficiencia de lactasa, la lactosa pasa en forma libre y directa hacia el colon al no haber absorción, el glúcido sigue el camino normal. En este recorrido por el intestino, las bacterias degradan la lactosa generando gran cantidad de hidrógeno libre.

Este gas, una vez en el intestino grueso es absorbido hasta la corriente sanguínea para ser eliminado a través de las vías respiratorias. De este modo, cuando un sujeto que tiene intolerancia a la lactosa ingiere 50 gramos de este azúcar su excreción de hidrógeno por medio del aire espirado aumenta considerablemente tras dicha sobrecarga y durante varias horas después.

La acidez de las deposiciones, puede ser empleado para diagnosticar la intolerancia a la lactosa en niños, pues para ellos otros métodos son arriesgados o poco prácticos.

Biopsia del intestino delgado.- Una biopsia intestinal puede confirmar la intolerancia a la lactosa después de descubrir una elevación de hidrógeno en la prueba de espiración de hidrógeno. Este procedimiento consiste en la extracción de una muestra del tejido del intestino delgado para examinar, mediante el microscopio, posibles alteraciones que puedan afectar a una mala metabolización de la lactosa.

0 comentarios:

Publicar un comentario